¿De qué manera entendemos el amor?

miércoles, 16 de marzo de 2011
“No hay amor más sublime en la vida que el amor del Yo. No existe amor más grande, pues a partir del abrazo del Yo existe libertad. Y es en esa libertad donde nace la alegría. Y gracias a ese nacimiento, Dios es visto, conocido y abrazado. El amor más profundo, más grande y más significativo es el amor del Yo puro e inocente, la magnífica criatura que se sienta entre las paredes de la carne, que se mueve y contempla, crea, permite y Es. Y cuando tú ames lo que eres, sin importar como seas, entonces conocerás esta magnífica esencia que yo amo, que se halla detrás de todos los rostros y dentro de todas las cosas. Entonces amarás como Dios ama. Así es fácil amar y perdonar. Así es fácil ver a Dios en toda la vida.”
“El amor es la acción de Dios de permitir que todo esto exista. Y si nos decimos que queremos ser más semejantes a Dios, entonces ser semejantes a Dios significa volver a esa esencia y ese decreto originales y tratar a todo lo que hay en tu vida con respeto, compasión y entendimiento.”
“Así que deberías afrontar y cambiar cualquier reto que disminuya tu capacidad de ser semejante a Dios. Amarte a ti mismo es ser eso. No esperes que la gente te ame; ámate tú. Cuando lo hagas, entenderás lo que te estoy diciendo aquí. Entonces los pájaros se posarán en tus manos y el león vendrá y se acostará a tus pies y podrás caminar en un bosque manchado de distintos colores y todas las tiernas criaturas se acercarán a ti y no huirán de ti, porque estás irradiando. Tú eres el gran dador y beberán de tu fuente. Entonces puedes curar a las personas, porque está en ti amarlas. Sin eso no puedes curar. El amor es el bálsamo que cura todos los males.”

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