Lo que es y no es al mismo tiempo

domingo, 20 de marzo de 2011
Muchas veces el hombre que desea desde lo moral, ser correcto, tiende a enfrentar un mundo incorrecto y está obligado, a pesar de su entorno, a ser correcto. ¿Quién se considera correcto? Pareciera que el mundo está al revés, queremos ser honestos pero algunos no lo desean, porque no les conviene y es mejor ser hipócrita.
Nuestras obligaciones hacen que nos exijamos en poder cumplir, para creernos que estamos obrando bien y también podemos, es una manera de aprehender a gravar en nuestra vida costumbres. Hemos aprendido a reprimirnos porque toda abstinencia es una castración, interiormente nos excede la capacidad liberadora para ser uno con libertad.
El mandato es una de las enseñanzas reprimidas que hacemos lo que no tenemos que hacer y entramos en una red social de pura apariencia e hipocresía. El mandato es una cadena lapidaria, sufrimos al cumplirlo y al transgredirlo, este mandato se mete en nuestra piel y lo padecemos como extraños en silencio diciendo “que importa… yo cumplí.” El mandato es hacer lo que no es, es el inconsciente que uno lo adapta a la vida; el mandato es ciego donde nace la ignorancia.
Lo que no es, es todo aquello que hacemos, pensamos y decimos de nuestras ilusiones, gracias a nuestra ignorancia podemos equivocarnos a nosotros mismos y alejarnos de nuestro centro, de nuestra realidad y darnos importancia personal creyéndonos perfectos.
El otro lado de la ilusión nos da el mundo mágico para el arte, la poseía y el espíritu.
El equilibrio ilusorio descansa en el amor, poder sentir la belleza, plenitud gracias a la ilusión de sentir.
No es un pensamiento o lo conocido que se puede hacer. Es una ilusión como acto de fe, como una entrega, una apertura, un acto mágico a lo insondable.
Seguramente el genio, gracias a la ilusión, percibe lo místico que acontece cerca de nosotros y sólo él lo ve, intuir lo que no se puede pensar.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Navega